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En el post anterior os enseñaba una foto con fuertes contraluces, pero no es la que yo pretendía enseñaros. Aunque os resulten parecidas, están hechas con distinta intención. Sirvan de prueba para las afirmaciones anteriores (sobre la exposición). La otra es una muestra de lo que se puede hacer con una Olympus E-500 y un programa de retoque como Aperture de Apple. Por si no lo sabéis, es Tapia.
La verdad es que no se que decir, porque hace una eternidad que no subo ninguna foto o escribo un comentario. A todos los que me leéis os pido mil perdones. La verdad es que estaba un poco desganado y es que sois muy pocos los que me leéis eso desanima un poco pero en verdad eso tampoco me disculpa. Después de este "mea culpa", al grano, que son las fotos. Ultimamente me ha dado por experimentar un poco con las luces y poner en aprietos a la Olympus en situaciones de poca, como en la foto de la Playa de las catedrales o mucha como la otra toma desde Penouta a mas de 700m de altura en Boal. La de la playa no tiene mas secreto que sujetar la cámara con mucho pulso, pues a falta de trípode es lo que hay que hacer en condiciones difíciles de luz. La de las montañas es cuestión de subexponer la toma intentando encontrar un equilibrio de luces que te satisfaga (disparas con varias combinaciones hasta acertar, es la ventaja de lo digital). En este caso se hizo la toma dejando a la máquina escoger tanto tiempo como apertura en un programa de paisaje, pero subexponiendo creo que 1,7EV. A mi me gusta por el efecto casi irreal del sol, pero sobre todo porque es posible así distinguir los diferentes perfiles de las montañas, y ese cielo que parece estar tomado desde mas altura, creo que seguiré experimentando mas adelante. Fin del ladrillo.
